Pues aquí estoy de nuevo!!!!
Salí desde casa de Esther a las cinco de la mañana, con tan buena suerte que justo en su puerta pasan los autobuses que van a Cibeles, que es justo de donde salen los autobuses que van al aeropuerto ( en horario nocturno!!!!! Por el día van desde Atocha) que al día de hoy cuestan dos euros!! Y digo –al día de hoy- porque van a empezar a costar cinco en breve ( gracias a nuestra amiga Esperanza Aguierre….)
En el aeropuerto me marearon un poquito, porque después de 40 minutos de cola en KLM me mandaron a Air Europa, donde tuve que hacer treinta minutos más… y es que resulta que cuando no llenan un avión se reparten los pasajeros en otras compañías, así no gastan combustible… me parece estupendo!!!
El vuelo de Madrid-Amsterdam estupendo con Air Europa, y luego Amsterdam-Delhi con KLM también, dormido tooooo el camino, que no se que me echan a mi en la comida del avión que caigo rendiito de sueño!!
Llegue a Delhi a eso de las once de la noche, el aeropuerto no tiene nada que ver al de la primera vez que fui a India… QUE LUJAZO, como a cambiado, absolutamente nuevo, no tiene que envidiar nada al aeropuerto de ningún lugar del “primer mundo”. Cogí mi equipaje y directo a por un taxi, que tampoco nada que ver!!!!! Ahora ya no te dan la brasa nada más salir, allí tienen un puestito de “pre-paid taxi” donde dices donde vas y te cobran un precio fijo y andando!!!!!
Una vez en Pahargang y en el “Hare Krisna GuestHouse” que fue donde me aloje ( por unos siete euros por noche habitación individual) y después de dormir un rato más hasta las seis de la mañana, me levante a dar un vuelta para comprobar que, exceptuando algunas cosillas de carácter estético, Pahargang sigue siendo lo mismo aunque le hagan mil arreglos!!!!! La misma calle llena de mochileros y alojamientos baratos con las mil tiendecitas de ropa y objetos de la India para comprar antes de volver a los mil destinos de origen de los turistas que allí se alojan. Menos vacas!! Eso si! Cada vez parece que van siendo menos sagradas por estos lares.
Lo primero que hice fue bajarme hasta los barecitos de comida que hay cerca de la estación a comerme unos Idlis y un samosa!!!! Claaaaaaro, que son algunos de los manjares que desayunan los Indios del sur, y que taaaaaaaaantisimo me gustan. De allí directo a la tienda donde venden los productos “Himalaya” a comprarme las mil cremas y la pasta de dientes con sabor a regaliz, que también me encanta, y después de unos cuantos paseos calle arriba calle abajo, explorando nuevo rincones y callejeando por los alrededores, se echo el día encima y me fui a la cama para estar listo para el día siguiente, que cogía de nuevo un avión destino a Katmandú, Nepal, pero ese capitulo os lo cuento a la próxima….. MIL BESOTES
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